Pese a que la noticia tuvo una enorme trascendencia, hasta el momento nadie reclamó los anillos de casamiento que encontró en la calle Estela, una vecina de San Antonio Oeste.
La ausencia de sus propietarios agiganta el misterio, y ya se están tejiendo todo tipo de conjeturas sobre el cofre de cartón donde estaban las alhajas, en cuyo interior ambas tienen grabados los nombres de una mujer y de un hombre.
Las suposiciones, que abundan en las redes sociales, hablan de que posiblemente un visitante las perdió y no se percató donde, o que uno de los contrayentes resolvió romper el compromiso y tiró las alianzas apenado o decepcionado por una desilusión amorosa. Otras son más disparatadas, que por decoro no se mencionan.
En estas últimas horas Estela ha brindado entrevistas a radios y canales de televisión de distintas partes de la región luego que este medio contara sobre el hallazgo en un artículo que fue reproducido por diarios digitales.
Pero de los novios, ninguna novedad. De todos modos, Estela está pendiente de que aparezcan y no pierde la esperanza.
Un dato relevante que se pudo averiguar en una recorrida es que en ninguna de las dos joyerías que funcionan en esta localidad, Suiza y Robert´s, vendieron las sortijas.
Lo aseveran porque en los últimos días no han hecho transacciones con objetos de este tipo, y porque además la cajita que los contiene es distinta a los modelos que ellos utilizan.
Presumen que los adquirieron en otra localidad o bien mediante catálogo, un sistema muy difundido últimamente.
En ambos lugares explicaron, tras observar la foto que les tomó Estela, que están confeccionados con una combinación de plata y oro.
Robert´s precisó que tienen un cuerpo de plata recubiertos con una lámina de oro, que resalta en los bordes.
En los dos comercios estiman que puede rondar los 3.000 pesos el par, un monto nada despreciable para la situación económica actual, lo que aumenta aún más la incógnita.
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